La mamoplastia de reducción, más conocida como la reducción de pecho, se realiza en los casos en los que la paciente desea reducir el tamaño de las mamas y elevarlas. Es una de las cirugías
más agradecidas de la mama ya que mejora enormemente la calidad de vida de las pacientes porque se eliminan los síntomas asociados a la gigantomastia como la sudoración excesiva debajo del pliegue, rozaduras e irritaciones.
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Se trata de una cirugía que sólo requiere una noche de ingreso y no se colocan drenajes. Tampoco ponemos vendajes apretados. En quirófano colocamos un sujetador, que la paciente llevará sin quitarse durante una semana, en la cual no se podrá mojar las heridas pero tampoco habrá que hacer curas.
Gracias a la técnica que utilizamos no es necesario retirar ninguna sutura. A las dos semanas de
la cirugía comenzaremos a tratar las cicatrices con cremas específicas para su cuidado.
Se puede comenzar la incorporación a la vida laboral en el plazo de una o dos semanas dependiendo del tipo de trabajo. Para la realización de ejercicio físico lo haremos de forma progresiva. Pudiendo salir a caminar desde el día después de la intervención.
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Respecto al volumen que queda es variable y depende de las preferencias de la paciente pero en muchos casos optamos por una copa de un tamaño que sea cómodo pero que nos permite darle una forma bonita a la mama.
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Las mujeres que se someten a una mamoplastia de reducción en Clínica Pérez Espadero, pueden garantizar:
Atención al paciente inigualable
Expectativas honestas según cada caso
Resultados permanentes o muy duraderos
Senos firmes y rejuvenecidos
Atención post quirúrgica 24h
Estudié Medicina en la Universidad de Navarra (Pamplona). Tras preparar el examen de acceso a la especialidad en Oviedo, volví a Pamplona para especializarme en Cirugía Plástica Estética y Reparadora en el Complejo Hospitalario de Navarra.
Durante este periodo me formé en las diferentes áreas de la especialidad, visitando los mejores centros alrededor del mundo.
